Durkis Karina Hernández Briceño, la mujer de 37 años de edad, quien había sido reportada como desaparecida desde el pasado 28 de junio en Charallave, fue hallada el pasado 15 de noviembre sin vida en unos matorrales del urbanismo Mirador de Caiza de la parroquia Las Brisas, jurisdicción del municipio Cristóbal Rojas del estado Miranda.
El día de su desaparición, fue abordada por un sujeto para robarla, quien forcejeó con ella, y en superioridad de fuerza, además de arrebatarle la vida, también le robó su teléfono celular entre otras pertenencias.
Este aparato fue clave para llegar hasta su homicida y esclarecer el dantesco crimen que conmocionó a la comunidad de los Valles del Tuy.
De acuerdo a lo reseñado por el diario La Voz del Tuy, el día de su desaparición, la ingeniera en sistemas Durkis Hernández, se dirigiría hacía el centro de Charallave para hacer unas compras relacionadas al cumpleaños de su esposo Luis Morón, saliendo de su residencia se encontró con una vecina quien la acompañó hasta la parada de autobuses con dirección al centro, esta sería la última testigo quien la vio con vida.
Desde ese momento, la familia de Hernández vivió un calvario con su desaparición, pero tenían la esperanza de encontrarla con vida y con la ayuda de funcionarios policiales, iniciaron la búsqueda hasta este 15 de noviembre, cuando una comisión de la División de Víctimas Especiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Crminalística (CICPC), guiados por el homicida quien confesó el crimen, halló sus restos cubierto con palos, piedras y maleza, según reseño el portal de noticias El Pitazo.
Según relatos del homicida, éste se dirigía a buscar hierro, se topó con Hernández y se abalanzó sobre ella para quitarle el teléfono. Hubo un forcejeo, pero el individuo dominó a la víctima y la mató. Se esperan los resultados de la autopsia para determinar la causa de la muerte. Presuntamente la mujer fue golpeada y asfixiada.
El homicida, quien se desconoce su identidad, utilizaba el teléfono de la victima solo cuando tenía acceso a Wifi; pero un día, estuvo en un hospital de visita y le prestó el móvil a una mujer en el centro asistencial. “Este hombre le dijo que el teléfono no tenía chip, pero ella igual lo tomó prestado y le metió su chip. Fue así como se llegó hasta esta mujer y luego hasta el victimario”, contó una fuente a El Pitazo.
Por último, se conoció que el implicado reside en la parroquia Las Brisas, del municipio Cristóbal Rojas y presenta prontuario policial por alteración del orden público y comercialización de material estratégico.
Con información de El Pitazo