QUINTO MANDAMIENTO: RESPETO AL PADRE Y A LA MADRE

De los diez mandamientos o del “Decálogo”, como también se le conoce, entendemos que los primeros cuatro enfatizan la manera correcta para acercarse a Dios: como EL ÚNICO quien merece nuestra adoración; sin imágenes, ni ídolo porque es ESPÍRITU; respetándolo al invocarlo o citarlo ante otros porque es HONORABLE y apartando su DÍA para rendirle culto, acercándose con devoción sincera a Él y sirviendo a otros. El resto de los mandamientos se refieren a la forma aprobada por Dios para cultivar sanas relaciones interpersonales. Estas inician en el seno del hogar, en la familia con un trato honroso a los padres.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

(Éxodo 20:12)

En toda la Biblia se leen exhortaciones en cuando a la aplicación este mandamiento. De todas esas enseñanzas consideraremos cuatro (4):

1. El mandato para los hijos: la responsabilidad de los hijos es la de respetar, considerar, estimar, valorar a sus padres. Esta orden es justa y natural. La base de esta sumisión debe ser el amor recibido en un ambiente hogareño que promueve bienestar a todos los miembros de la familia.

2. El papel de los padres: el buen trato de los hijos hacia los padres no se logra al azar. Los padres, al ser modelos de respeto mutuo, les dan ejemplo de valorización y estima a sus hijos. En Efesios 6:2 se lee: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” El Apóstol aborda el tema del trato paternal en dos vertientes:

a) Un punto de vista negativo: al evitar ser ásperos y rígidos o al descargar sobre ellos sus frustraciones y hostilidades al grado que hagan que los hijos se enojen o llenen de ira. Un trato que sea inconsistente y cruel de parte de los padres confunde a los hijos, causa problemas emocionales y despierta resentimientos. Trae consecuencias lamentables, especialmente para la unidad de la familia.

b) El aspecto positivo de este consejo tiene que ver con la crianza de los hijos en la disciplina y la instrucción del Señor (v. 4b). El respeto a Dios es la base de todas las instrucciones y hábitos que se enseñe a los hijos conforme a toda Su Palabra, la Biblia. La disciplina y enseñanza debe ser tanto verbal como conductual, al ser modelada con el buen ejemplo. Incluye la información: de lo esperado, de sus deberes y la formación: al errar o desobedecer con disciplina justa. Ambos padres deben darla a sus hijos continuamente, no bajo la amenaza del castigo al desafiar la autoridad, si no con la premisa del bienestar, la paz y las bendiciones prometidas por Dios al cumplir lo esperado.

3. Maneras de honrar a los padres: Siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, quien hasta la hora en que dio su vida por nosotros, estuvo pendiente de su madre (Leer Juan 19:26), veremos los siguientes principios prácticos:

a) Gratitud: al reconocer lo que hemos recibido de ellos en todos los años de vida cuando no podíamos valernos por nosotros mismo.

b) Obediencia: al atender y valorar sus instrucciones, consejos, orientaciones y exhortos sobre la base de sus experiencia y sus buenos deseos para con los hijos (leer Colosenses 3:20). La única excepción sería cuando sus órdenes fueran una clara violación a la ley de Dios.

c) Apoyo y socorro: los hijos deben procurar que a sus padres no les falte nada en la vejez o cuando no puedan valerse por sí mismos de modo que puedan vivir dignamente (leer 1 Timoteo 5:8)

d) Adaptación y trato: Tanto padres como hijos deben actuar con sentido común, mutua reciprocidad, respeto y valorización. No es justo cargar el deber sobre una de las dos partes. Ambos siembran y cosecharan lo sembrado. Sembrar amor y consideración garantiza la siega del mismo fruto en la siguiente generación.

e) Afecto: las caricias, abrazos, tiempo de calidad, risas, palabras de amor son buenas formas de demostrarlo.

f) Perdonando: Ante inconformidades y malos recuerdos. Hable bien de ellos con los demás, no transmita queja o amargura.

g) Encomendarlos siempre a Dios. Orar por ellos.

4. Beneficios al obedecer el mandato divino:

a) Para el individuo:

ü Muchos años de vida: el texto afirma: “para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”

ü Aprobación divina: “para que te vaya bien …” (Efesios 6:2ª): una vida más próspera, tranquila, feliz y segura con un sentido de pertenencia.

b) Para la nación:

ü Buenas familias y buenos hijos

ü Buenos ciudadanos.

ü Familias fuertes son una nación fuerte.

Para cumplir esta orden puede que haya dos posibles escenarios:

1. Buena disposición: el honrar a tus padres te resulte fácil y agradable porque de tu crianza e infancia tienes buenos recuerdos y valores atesorados en tu mente y corazón. Ahora disfrutas algunos o todos los beneficios prometidos por Dios; o

2. Rechazo: te parece imposible cumplir esta orden divina, crees que tus padres no merecen tal trato de tu parte porque te provocaron a ira muchas veces. Tus recuerdos hacia ellos producen enojo y amargura. Esto puede que traiga distorsión en tu manera de ver a Dios.

En cualquiera de los dos casos la orden y promesa de Dios está dada. Su ayuda está disponible para quien reconoce su necesidad de Él. El perdón sincero hacia ellos evitará repetir las ausencias, malos tratos e injusticias que viviste en tus hijos; y el arrepentimiento genuino hacia Dios traerá paz y un nuevo comienzo en las relaciones. Te invito a:

a) Valorar la familia que tienes, no es perfecta, pero eres protagonista para mejorarla.

b) Agradecer a Dios por tus padres, sin ellos no habrías existido ni serías lo mejor que eres.

c) Aprovechar cada oportunidad para sembrar amor y tiempo de calidad junto a tus padres, cónyuge e hijos.

d) Acercarte a Dios, en oraciones para que sane tus heridas, frustraciones y carencias de tu infancia y adolescencia.

e) Creer a Jesucristo, como lo enseña Su Palabra, Él es el camino, la verdad y la vida, para llegar al Padre.

f) Leer la Biblia diariamente. Te sugiero un capítulo del evangelio según Mateo. Subrayar las palabras “escrito está” porque Él es el cumplimiento de toda la Biblia.

g) Y congregarte en una iglesia cristiana de sana doctrina para que crezcas en tu comunión con Dios junto a tu familia.

Dios te bendiga.

Lic. Jafelli Cabaña de Galindo

@seleccionesbiblicas6845

 

Mandamiento - la voz del tuy

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