En el manual de trastornos psiquiátricos DSM-IV se define el trastorno del espectro autista como un trastorno generalizado del desarrollo. Una persona con esta condición especial es aquella que presenta un desarrollo marcadamente anormal o deficiente de la interacción y comunicación social, y un repertorio sumamente restringido de actividades e intereses. Posiblemente conozcas alguna persona con esta condición y no sabes cómo tratarlo adecuadamente. A continuación presentamos algunas sugerencias para tratar a un niño con esta condición especial.
Los niños con autismo son extremadamente organizados, por eso es recomendable llevar una agenda bien estructurara da de las actividades que se van a realizar y notificarle al niño sobre que se va a llevar a cabo. Si ocurre una modificación en la planificación se sugiere anticipárselo para que pueda prepararse y mentalizar el cambio. Se recomienda motivarlo a participar en todos los juegos y actividades a realizar, de esta forma el niño tendrá la oportunidad de aprender a respetar turnos, ganar o perder y seguir instrucciones. Si el niño presenta alguna crisis se sugiere mantener la calma, utilizar un tono de voz neutro y una postura corporal relajada, dirigirse con un lenguaje directo y sencillo, evitando las explicaciones extensas. Se recomienda evitar forzarlo a dejarse abrazar o besar, ya que en muchos casos estos niños presentan hipersensibilidad sensorial.
Se sugiere darle estímulos positivos constantemente mientras realiza avances en las actividades, tales como. “Muy bien”, “Felicitaciones”, “Excelente”, “Lo estás logrando”. Es importante, siempre que se pueda, indicarle el motivo del reconocimiento. Por ejemplo: cuando el niño logre hacer una actividad sin molestarse: “Muy bien, te felicito porque estás tranquilo y lo hiciste muy bien”. Cuando el niño emita un comportamiento inadecuado debe volver a realizar la acción de manera adecuada, es importante ser especifico en cómo debe repetirlo y si es necesario lo modelamos. Por ejemplo: si al guardar los juguetes lo hace lanzándolos, los sacamos y le decimos que lo vuelva a realizar sin tirarlo. Por último, pero no menos importante trátelo con cariño y respeto. La paciencia, la dedicación y el amor son elementos determinantes para favorecer el desarrollo integral de los niños con esta condición.
Lisette García
Psicóloga y psicopedagoga
FPV – N 17.065/ PNI 18.000