Berrinches en su Máxima Expresión. Padres enfrentan nuevos desafíos en la crianza de sus hijos.

Expertos advierten sobre el aumento preocupante de berrinches en niños. ¿Cómo abordar esta crisis familiar?

Queridos amigos hoy Les traigo un tema que he titulado los berrinches en su máxima expresión.

¿ Qué padre no ha presenciado el berrinche de un niño? Qué mal nos sentimos cuando empieza el berrinche y lo peor es que no hay hora ni lugar específico para que suceda.

Es idea mía o cuando tenemos un niño que suele tener estos episodios sentimos que caminamos en un campo de Minas, si piso en falso explota.

¿Y sí sumamos al berrinche mordiscos y golpes?, Sería una receta ¡Explosiva!

Ahora les pregunto:  ¿ Sí tu hijo te pega le devuelves el golpe? ¿ Si te pega lo castigas? ¿ si te pega lo ignoras?

Si tu respuesta fue ¡no!

¡Te felicito! Esa no es la solución para los berrinches.

Pretender que un niño crezca sin hacer berrinches es como pretender que aprenda a servirse el agua sin tirarla. ¡ sí señores! Los berrinches son simples e inevitables regueros emocionales que forman parte de su proceso de aprendizaje para autorregularse.

Los berrinches generalmente comienzan alrededor de la edad de 12 a 18 meses. Empeoran entre los 2 y 3 años, luego disminuyen rápidamente hasta la edad de 4 años. Después de esta edad casi no deben volver a presentarse. El hecho de estar cansado, hambriento o enfermo puede hacer que las rabietas empeoren o se vuelvan más frecuentes.

Lo primero que debemos hacer es validar la emoción y decirle : ¡ yo te quiero mucho! Y necesito que hagas… y es el momento de indicarle lo que queremos que haga. (Ese es el Límite).

Luego podemos decirle, entiendo que estés enojado, (ahí validamos la emoción) ¿Cómo te puedo ayudar?

Una de las cosas que podemos hacer como segunda opción es «abrazarlo» .

Aunque usted no lo crea funciona abrazar a tu hijo cuando lo notas: inquieto, agresivo, asustado, feliz, frustrado, ansioso, triste y rebelde.

Solo abrázalo e intenta entenderlo. Recuerda que debemos ser la calma que queremos que tengan nuestros hijos.

Como siempre les digo si no hay un ejemplo ¡seamos uno!

«impactemos juntos Yo invito» .

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