Ocumare del Tuy, noviembre de 2025. – Los habitantes de Ciudad Betania, urbanismo perteneciente a la Gran Misión Vivienda Venezuela, alzan nuevamente su voz en medio de la desesperación. El clamor es sencillo pero urgente: “un poquito de agua potable”. A pesar de estar asentados en un municipio que alberga una de las represas más importantes del país, la comunidad enfrenta una crisis hídrica que se prolonga por más de 15 años, sin que las autoridades ofrezcan soluciones definitivas.
Agua una vez al mes
El urbanismo, con más de 4.000 viviendas, se surte a través del Acueducto Caujarito, vía Eje Autopista, conectado por el sistema de tuberías de la intercomunal Charallave–Ocumare. Sin embargo, el suministro es prácticamente inexistente: apenas llega agua una vez al mes, durante dos o tres horas, que los vecinos deben almacenar en tanques para luego distribuir entre las familias.
En testimonios difundidos por redes sociales, una vecina denunció: “Hidrocapital surte por más de tres días al urbanismo, pero sólo nos llega agua entre dos y tres horas al mes. Deben mejorar este sistema de distribución”.
Promesas incumplidas
El pasado 6 de agosto, la Alcaldía de Tomás Lander anunció, mediante un comunicado de prensa, el inicio de trabajos conjuntos con la hidrológica del Estado para conectar el urbanismo al sistema “Ocumarito”. Sin embargo, los trabajos apenas duraron un par de días y desde entonces permanecen paralizados.
La frustración de los habitantes es evidente. “Por aquí sólo se ven cuando hay elecciones, haciendo proselitismo y llamando a votar por ellos. Del resto, el urbanismo está sumergido en total abandono gubernamental y el agua es sólo uno de nuestros tantos problemas”, expresó otra vecina afectada.
Los cisterneros hacen su agosto
Ante la ausencia de agua por tuberías, la única alternativa es recurrir a los camiones cisterna, que diariamente recorren el urbanismo. El servicio, lejos de ser un alivio, se ha convertido en una carga económica insostenible.
Cada llenado de un cilindro de 200 litros cuesta hasta 2 dólares (valor Binance) o 600 bolívares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona necesita entre 50 y 100 litros diarios para cubrir necesidades básicas de hidratación, alimentación e higiene. Esto significa que una familia de cuatro personas requiere entre 200 y 400 litros diarios, lo que se traduce en un gasto mensual de entre 60 y 100 dólares por vivienda.
Los vecinos denuncian que, además del alto costo, el agua suministrada por las cisternas muchas veces no es apta para el consumo humano. “Los cisterneros están secando nuestros bolsillos, sin contar que en muchas ocasiones el agua que traen no está en condiciones de consumo, por lo sucia que viene o porque es salada”, señalaron.
Camiones vetustos, con tanques oxidados y mangueras sucias, son los que surten el vital líquido. “Es la única opción que tenemos aquí en Betania para al menos bajar los baños”, comentan resignados.
Tuberías rotas y desperdicio de agua
La crisis se agrava por el deterioro del acueducto interno del urbanismo. El tránsito pesado de camiones cisterna, autobuses y vehículos de carga ha provocado rupturas en las tuberías. Cuando Hidrocapital logra enviar agua a los tanques de almacenamiento, gran parte se pierde en fugas visibles que convierten las calles en ríos de agua potable, mientras las viviendas siguen secas.
Un problema histórico
De acuerdo con reportes de prensa y testimonios de los propios habitantes, la falta de agua en Ciudad Betania no es nueva: el problema se arrastra desde hace más de 15 años. La comunidad ha elevado denuncias en múltiples espacios: transporte público, redes sociales, programas de radio, grupos de WhatsApp, la aplicación VenApp y reuniones con autoridades municipales y de Hidrocapital. Sin embargo, las respuestas han sido nulas.
“Hay muchos oídos sordos”, concluye el comunicado enviado a nuestra redacción, reflejando la indignación de una comunidad que se siente olvidada.
Sumado a eso, los vecinos alegan en su denuncia que «Dos proyectos de agua potable fueron aprobados en dos Consultas Nacionales y los recursos fueron asignados, pero en vez de mejorar, el problema empeoró, sin obtener respuestas de la ejecución de los proyectos», comentan.
Clamor comunitario
Los habitantes de Ciudad Betania reiteran su llamado a las autoridades nacionales y regionales para que atiendan de manera urgente la crisis del agua potable. La denuncia ciudadana se ha convertido en un grito colectivo que trasciende las paredes del urbanismo y se escucha en todo Ocumare del Tuy.
La falta de agua no sólo afecta la salud y la higiene de las familias, sino que golpea directamente la economía doméstica, obligando a los vecinos a destinar gran parte de sus ingresos a la compra de un recurso que debería llegar por tuberías.
La comunidad espera que las promesas incumplidas se transformen en acciones concretas y que el derecho al agua, consagrado en la Constitución, deje de ser una aspiración y se convierta en una realidad palpable.
Vía: TuyeroDenuncia / Redacción La Voz del Tuy












