Hace tres años conocí en una consulta a Diana, era una mujer de 27 años a quien le costaba mucho expresar sus sentimientos y llorar, me decía que no lo hacía porque tenía que ser fuerte y hacerlo era síntoma de debilidad según ella. Indagando sobre su infancia me di cuenta que su padre siempre le repetía que las mujeres debían ser muy fuertes y luchadoras que no lloraran.
Así como Diana, he visto muchas personas que no integran su polaridad. Aceptarla te ayuda a volverte genuina y auténtica, negar que existen vibraciones bajas, emociones como la tristeza, el miedo, entre otras cosas, no es lo mejor.
Las polaridades nos hablan de la vida en toda su extensión, si hay alegría en tu vida puede que en alguna área o en algún momento sientas tristeza y es natural, negarlo es contraproducente. La ley de la polaridad nos enseña que así como existe la luz existe la oscuridad y que ambas son necesarias para equilibrar. Identificarnos con una parte de la polaridad es negar todo lo que somos (el todo). Finalmente te sugiero que aceptes y no niegues que siempre todo tiene su extremo si existe la felicidad también existe la tristeza, si existe el frío también existe lo caliente, pues si te apropias de lo que niegas ya no lo proyectarás negativamente y te sentirás mejor contigo.
Rusmar Cordero.
Coach expansivo- terapia conductual fa familiar y de pareja.
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