La expresión del enfado es una respuesta sana y natural, necesaria para mantenernos en equilibrio. Es normal enojarse en ocasiones, generalmente nos sentimos enfadados cuando nos sentimos frustrados o cuando no logramos nuestros objetivos , a veces este enfado crece y llegamos a sentir una rabia ciega que nos deja fuera de control, llegando incluso a hacerle daño a otras personas.
Algunas personas reprimen su enfado porque temen liberar de forma descontrolada su ira y causar algún daño, sin embargo el enfado que ha sido reprimido, con el tiempo se convierte en rabia. Para lograr regular la emoción de enfado y evitar que se convierta en rabia es necesario identificar el enfado, observar con detenimiento lo que nos sucede cuando nos enfadamos, observar cómo nuestro pulso y respiración se aceleran. Aprender a identificar el enfado es una parte esencial del proceso de regulación emocional.
También es importante aprender a expresar nuestro enfado de la manera adecuada y a la persona adecuada. Debemos manifestar abiertamente cuándo estamos enfadados y por qué, asumiendo que estamos enfadados, evitando negar la realidad de las emociones y al mismo tiempo evitando reaccionar de forma irracional o explosiva. El objetivo de expresar nuestro enfado es manifestar que algo que ha sucedido nos está causando molestias, ofreciendo posibles soluciones y expresando el compromiso para facilitar el cambio. Cuando las circunstancias externas no te permitan expresar tu enfado, éste puede ser liberado de forma abierta con un amigo o un psicoterapeuta.
Uno de los beneficios de expresar el enfado es que la mayoría de los casos la persona se siente liberada, comprendida y aceptada. Por tal motivo debemos reconocer nuestras emociones y expresar nuestros sentimientos honestamente, tan rápido y directo como sea posible.
Lisette García
Psicóloga y psicopedagoga
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