El nombre de Ernesto Moreno se ha convertido en sinónimo de resiliencia, visión empresarial y capacidad de liderazgo dentro del ecosistema emprendedor migrante en Reino Unido. Propietario de diversas franquicias, varios emprendimientos y los restaurantes, Arepa & Co, Moreno ha logrado abrirse paso en un mercado tan diverso como exigente: el londinense.
Su historia comenzó cuando llegó a Inglaterra con una visa de estudiante. El proceso de legalización, la integración social y la adaptación a la cultura británica fueron sus primeros grandes retos. “La constancia y la determinación fueron claves. Hay que ver los desafíos como pruebas de crecimiento y no como barreras definitivas”, afirma.
Esa visión lo llevó a identificar oportunidades en la gastronomía. Primero fue la franquicia internacional Subway, una experiencia que le enseñó los fundamentos de la eficiencia operativa. Luego, con Arepa & Co, decidió apostar por la comida venezolana, hasta entonces desconocida para la mayoría de los londinenses. El resultado ha sido una propuesta única, que conecta autenticidad con innovación, bien recibida por un público cosmopolita abierto a nuevas experiencias culinarias.
Paralelamente, Moreno ha desarrollado una sólida carrera como consultor organizacional y especialista en desarrollo humano, apoyando a empresas y emprendedores en procesos de transformación, liderazgo y gestión de talento. Su doble perfil —empresario en la restauración y asesor en el mundo corporativo— lo ha convertido en una figura versátil y respetada en ambos campos.
Fiel a su compromiso con la comunidad migrante, también ha impulsado programas de formación para emprendedores extranjeros, convencido de que compartir conocimiento y acompañar a otros es una forma de multiplicar el éxito. “Me llena de satisfacción ver crecer y triunfar a otros, especialmente cuando he sido un pedacito de esa historia”, asegura.
Moreno identifica cuatro habilidades esenciales para el emprendedor migrante: constancia, resiliencia, tolerancia a la incertidumbre e inteligencia cultural, entendida como la capacidad de integrarse socialmente y comprender las sutilezas de una nueva idiosincrasia. A estas suma una actitud proactiva y un “locus de control interno”, la convicción de que los resultados dependen de las decisiones y acciones propias más que de las circunstancias externas.
La trayectoria de Ernesto Moreno es, en definitiva, la de un migrante que convirtió las dificultades en motores de crecimiento, construyendo una carrera empresarial sólida y un impacto social tangible. Un ejemplo de cómo la innovación, la disciplina y la voluntad de servir pueden trascender fronteras y generar valor tanto en los negocios como en la comunidad.