El control interno, aunque no siempre podemos controlar lo que nos ocurre, sí podemos decidir cómo responder. Mayra del Villar eligió no rendirse, no llenarse de odio y, en cambio, concentrarse en su recuperación y en ayudar a otros.
La resiliencia, caer y levantarse, una y otra vez, hasta convertir la tragedia en motor de cambio. Su vida demuestra que la resiliencia no es una palabra de moda, sino una práctica diaria.
La esperanza de vida, incluso cuando la ciencia la consideraba un caso límite, ella apostó por su futuro. Hoy, Mayra del Villar sin estómago, con cicatrices visibles y una historia marcada por el dolor, es también símbolo de vida, dignidad y propósito.
Más que una historia impactante, el caso de Mayra es un ejemplo a seguir. Su trayectoria inspira a pacientes, familias, profesionales de la salud y a cualquier persona que esté atravesando una situación límite. En un mundo donde las noticias suelen resaltar el drama sin mostrar la fuerza humana detrás, Mayra nos recuerda que la esperanza no es ingenuidad, sino una decisión valiente de creer en la vida, incluso cuando todo parece estar en contra.
Hoy por hoy Mayra trabaja arduamente en redes sociales, es toda una influencer, que ha sabido que su vida es símbolo de resiliencia, de ejemplo y de dar aportes a una sociedad que pasa por miles de obstáculos para sobrevivir. Ella es ejemplo a seguir.
Su mensaje es claro, con control, resiliencia y esperanza, es posible transformar el sufrimiento en misión, la vulnerabilidad en fuerza y el miedo en impulso para construir un futuro mejor.
(Por: Erick Patiño)
