SOMOS COMO OLLAS DE PRESIÓN

Reprimir emociones significa la tendencia que tienen algunas personas a evitar ciertos sentimientos incómodos. Al no afrontar ciertos sentimientos, pensamientos o recuerdos, no procesamos las emociones lo cual puede incidir negativamente en nuestra salud mental y física.

Las emociones reprimidas buscan una salida y utilizan los acontecimientos como desencadenantes y excusas para desahogarse. Somos como “ollas de presión” lista para liberar el vapor cuando la oportunidad se presenta. Así la persona con una gran cantidad de dolor reprimido creará inconscientemente acontecimientos tristes en su vida. El sufrimiento reprimido es responsable de muchas enfermedades psicosomáticas. Si en lugar de reprimir las emociones se les permite salir rápidamente podemos pasar del sufrimiento a la aceptación.

Reprimir las emociones genera irritabilidad, cambios de humor, tensión en los músculos del cuello y la espalda, dolores de cabeza, calambres, trastornos menstruales, colitis, indigestión, insomnio, hipertensión, alergias y otras condiciones somáticas. La negación de las emociones deriva en bloqueos internos. Los sentimientos son necesarios y debemos dejarlos ir con naturalidad.

Muchas veces respondemos a nuestras emociones a través del escapismo o la evitación. Un ejemplo de evitación es bloquear la emoción de la tristeza con la diversión, el alcohol o la adicción al trabajo. Las personas tienen miedo de enfrentarse a sí mismas. Incluso se le teme a estar en soledad, se le teme a la propia compañía, de allí, las constantes actividades frenética: hablar sin parar, enviar mensaje de textos cada minuto, comer en exceso, juegos de azar, tomar píldoras, fiestas y el uso de drogas.

Dejar ir implica ser consciente de tus emociones, dejarlo crecer, estar con él, vivirlo y dejar que siga su curso sin querer que sea diferente o hacer nada en relación con él. Cuando dejamos ir la gran cantidad de sufrimiento que hemos estado acumulando por años, nuestros familiares y amigos notarán un cambio en nuestra expresión facial. Dejar ir es utilizar nuestra propia naturaleza interior para conseguir ser libres y felices.

Licenciada en Psicología
Lisette García
FPV N 17.065
@psicoesencial2021

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